Skip to main content
El Dr. Gabriel Luna

La caries dental. Todo el mundo ha escuchado hablar de ella. Es una de las enfermedades con mayor prevalencia en el ser humano y, sin embargo, aún esconde muchos secretos para la mayoría de la población. Por suerte, nuestro responsable de Odontología Restauradora, el Dr. Gabriel Luna, los conoce todos: ¿Es contagiosa?, ¿la leche materna aumenta el riesgo de que el bebé la sufra?, ¿existe algún remedio casero para curarla?… ¡Salgamos de dudas!

Pregunta: ¿Podemos pasar por esta vida sin tener una sola caries?

Respuesta: Es casi un milagro [ríe]. No porque sea inevitable, sino porque aún seguimos fallando en la prevención. Aun así, sí es cierto que la caries es la enfermedad con mayor prevalencia en el mundo. La OMS estima que afecta al 60-90 % de los escolares de todo el planeta y casi al 100 % de la población adulta. El hecho de que sea una enfermedad tan común hace que la subestimemos.

P: ¿Tan grave es una caries?

R: Tan grave como lo es perder un diente… porque esto es precisamente lo que va a ocurrirnos si no actuamos a tiempo. La caries es capaz de destruir el esmalte dental, que es el tejido más duro de nuestro cuerpo. Ya sólo por esto deberíamos tenerle, como mínimo, cierto “respeto”. La caries, junto con las enfermedades de las encías, es la principal causa de pérdida de dientes.

P: ¿Es contagiosa?

R: No, no puede considerarse una enfermedad contagiosa. No obstante, la bacteria Streptococcus mutans, la responsable de la caries, nos la suelen trasmitir nuestros propios padres con gestos tan cotidianos como darnos un beso o limpiarnos el chupete con su propia saliva. Y no sólo ellos, también nos la transmiten los compañeros del colegio, cuando compartimos un helado, bebemos del mismo vaso, etc.

P: Entonces es prácticamente imposible librarse de la bacteria de la caries…

R: Sí, pero que tengamos la bacteria en nuestra boca no significa que vayamos a desarrollar una caries. Estamos hablando de una enfermedad multifactorial, lo que significa que deben darse otros condicionantes para que prospere, como una higiene oral deficiente. No obstante, sí se ha demostrado que cuanto más retrasemos la trasmisión de esta bacteria en los niños, mejor.

El Dr. Luna, junto al Dr. Buitrago

El Dr. Luna, junto al Dr. Buitrago

P: ¿Los dulces y las golosinas son los principales causantes de la caries?

R: No es del todo así. A veces nos vienen padres a la clínica y nos preguntan sorprendidos que cómo es posible que su hijo tenga caries si no come chucherías… La caries no está provocada sólo por gominolas, caramelos o tartas. Sus principales causantes son los alimentos ricos en hidratos de carbono, especialmente las formas más procesadas del almidón: el pan blanco, las galletas, los bizcochos… Pero también los zumos o refrescos con azúcares añadidos, los helados…

P: ¿Y la leche materna? ¿Es cierto que provoca caries en los bebés?

R: No. Dar el pecho no provoca caries, aunque sí puede considerarse un factor de riesgo si el bebé tiene una pobre higiene oral y toma alimentos azucarados, entre otras cosas. La leche materna, por sí misma, no sólo no provoca caries, sino que promueve un adecuado crecimiento de los maxilares, estimula la respiración nasal del bebé y disminuye el riesgo de maloclusiones.

P: ¿La única solución contra la caries es un empaste?

R: Lo es si llegamos tarde. Si vamos al dentista cuando vemos el diente “picado” o cuando sentimos dolor, probablemente nos encontremos con un absceso dental (acumulación de pus dentro del diente) o la destrucción de la pulpa. Y entonces sí habrá una única solución: el empaste. No todas las caries se ven a simple vista ni
todas duelen, por eso son tan importante que acudamos periódicamente al dentista para detectarlas a tiempo.

P: ¿Existe algún remedio casero para la caries dental?

R: Si buscas en Internet, te aparecerán miles. El problema es que todos ellos son ineficaces e incluso peligrosos. La única forma de combatir la caries dental es prevenirla. Para ello, basta con tener una buena higiene oral; no abusar de alimentos ricos en hidratos de carbono, sobre todo entre horas; enriquecer nuestros dientes con flúor; y visitar al dentista regularmente para detectarla a tiempo.

Dejar una respuesta