La ortodoncia ya no es exclusiva de adolescentes. Ni siquiera es sólo un tratamiento para poner orden en nuestra sonrisa y que luzca más bonita. Es mucho más. Los tratamientos de ortodoncia se han convertido en una excelente herramienta para mejorar la salud, funcionalidad y estética de la boca de los pacientes adultos. Nuestra responsable del área de Ortodoncia, la Dra. Clara Guinot, nos cuenta por qué cada vez más personas recurren a la ortodoncia pasados los 30, 40 ó 50 años.
Pregunta: ¿Brackets a los 50?
Respuesta: Brackets a los 50 [ríe]. O a los 60, 70… La ortodoncia puede ser útil a cualquier edad, siempre que esté indicada, es decir, siempre que pueda beneficiarnos por razones de salud, funcionales o estéticas. La primera visita al ortodoncista debe hacerse a los 6 años ya que es la edad adecuada para detectar la necesidad de tratamientos ortopédicos tempranos, aunque la mayoría de los tratamientos de ortodoncia se realizan durante la adolescencia, aproximadamente a los 12 ó 13 años. Una vez que los dientes definitivos han sustituido a los de leche, la edad deja de ser un factor limitante.
P: ¿Por qué íbamos a ponernos aparatos a esta edad?
R: Con la edad podemos ir notando en nuestra boca una serie de cambios que hasta entonces no eran muy evidentes: pérdida de encía, modificaciones en la posición de los dientes… Son cambios que pueden ir produciéndose a lo largo de los años y que la ortodoncia en adultos nos ayuda a corregir. Por otra parte, también hay pacientes adultos que no pudieron tratarse cuando eran jóvenes porque no detectaron su problema o porque no le dieron importancia, y deciden hacerlo ahora. No obstante, quizá el principal motivo por el que cada vez veamos más aparatos más allá de la adolescencia sea que la ortodoncia se ha convertido en una excelente aliada para tratar casos complejos en adultos con el objetivo de mejorar no sólo la estética, sino la función y el estado de salud de los dientes y encías.
P: ¿De qué tipo de casos estamos hablando?
R: De casos periodontales, de falta de espacio a la hora de reponer dientes perdidos, de casos en los que hay poco hueso para colocar implantes o en los que necesitamos adecuar los dientes para realizar futuros empastes, fundas o carillas estéticas. Son sólo algunos ejemplos. La odontología ya no puede entenderse como un conjunto de disciplinas aisladas, sino como la interrelación entre todas ellas. Por un lado, están los tratamientos multidisciplinares, en los que intervienen diferentes especialidades de la odontología; y, por otro, los interdisciplinares, que van un paso más allá. En estos tratamientos, los especialistas estudian el caso de manera conjunta y lo abordan de forma coordinada para lograr mejores resultados, más conservadores, previsibles y duraderos. La ortodoncia en adultos tiene mucho que aportar en los tratamientos interdisciplinares.
P: ¿Existen diferencias entre la ortodoncia en adultos y en adolescentes?
R: Sí. Los casos ortodóncicos para adultos requieren aún más formación y experiencia por parte del ortodoncista ya que suelen ser más complejos, además de requerir la participación de diferentes especialidades. Hablamos de pacientes a los que pueden faltarles dientes, tener reconstrucciones dentales o sufrir problemas en las encías, como periodontitis. Son muchos más los factores que entran en juego a la hora de planificar y abordar el tratamiento.
P: ¿Es cierto que los pacientes adultos se ven rejuvenecidos con sus aparatos o es sólo un argumento de marketing?
R: Habría que preguntarles a ellos. Yo no lo he hecho… ¡Pero me lo han dicho sin yo preguntarles! Relacionamos la ortodoncia con la juventud porque, hasta hace poco, era un tratamiento prácticamente exclusivo para jóvenes, de ahí que tengamos esa sensación de “rejuvenecimiento” al ver a un adulto con aparatos. Sin embargo, más allá de las sensaciones que pueda despertar, que pueden ser más o menos subjetivas, la realidad es que los pacientes ganan en salud, bienestar y autoestima. Tres cosas que todos queremos tener en la vida, independientemente de cuál sea nuestra edad.