Entrevista al Dr. Buitrago en el pódcast “El paciente consciente”
Sí, los implantes dentales son un milagro tecnológico, pero también suponen una responsabilidad. Por eso el paciente debe ganárselos. Al menos así lo cree el director clínico de Clínica Buitrago, el Dr. Pedro Buitrago, quien ha sido invitado al pódcast “El paciente consciente”, dirigido por su antigua alumna y ahora colega la Dr. María Vázquez. En este nuevo espacio dedicado a la salud bucodental y con invitados referentes en el sector, el Dr. Buitrago ha hablado sobre los implantes dentales, sus ventajas y sus precauciones. Una charla llena de curiosidades y de preguntas sobre las que reflexionar.
Escucha la entrevista completa:
Entrevistadora: Bienvenidos a un nuevo episodio de “El Paciente Consciente”, donde hablamos de implantes dentales, que sin duda son una increíble solución cuando se pierden los dientes. Cuando pensé en hablar de implantes, directamente me vino a la cabeza su nombre, el doctor Pedro Buitrago, doctor en medicina y estomatología, especialista en periodoncia. Ha sido profesor durante muchísimos años en la Universidad de Valencia y después en la Universidad Católica. Padre de cuatro afortunados hijos. Si lo tuviera que definir con un adjetivo sería “motivado”. Le encanta el deporte, aprender y crecer, y para mí es un referente. Sin más, mis queridos pacientes conscientes, os dejo un nuevo aprendizaje. Doctor Pedro Buitrago, ¡qué ilusión tenerte aquí!
La vida nos había separado y mira, otra vez aquí. Como si no hubiera pasado el tiempo. Voy a confesarle a mis pacientes conscientes que fuiste profesor mío durante la carrera y luego durante los tres maravillosos años del máster. Gracias siempre, profesor, has acabado siendo medio familia. Te tengo muchísimo aprecio y te agradezco de verdad, de corazón, que estés aquí compartiendo este tiempo conmigo.
Dr. Buitrago: Se me están poniendo los pelos de punta, chiquilla [ríe]. Siempre hay gente que te llega más y con los alumnos pasa lo mismo que con el resto de personas. Hay gente con la que sintonizas más y hay gente con la que sintonizas aún más. Siempre en positivo.
Entrevistadora: Para que te ubiquen un poco los oyentes, cuéntales cómo pasaste de médico a dentista y a periodoncista, y en Oviedo.
Dr. Buitrago: Curiosamente yo quería ser veterinario, pero no podía estudiar aquí en Valencia y mi padre dijo, “pues métete en medicina”. Dije, “bueno, pues ahí me meto”. Descubrí un mundo, me gustó mucho y a partir de ahí, en último curso, conocí a un amigo de mi padre que era dentista y él me ofreció ir a verle trabajar y la verdad es que me encantó. Me encantó porque era un trabajo manual, pero al mismo tiempo era un trabajo muy directo con personas. Estás hablando con ellas a 30 centímetros, imagínate si es directo. Y a partir de ahí decidí hacer la especialidad, que era estomatología, me tuve que ir a Oviedo y una vez allí descubrí el mundo de la encía y también influyó en mi vida. El profesional que me introdujo fue el doctor Sicilia. Con lo cual, el doctor Sendra y el doctor Sicilia son los responsables de que yo ahora me dedique a la encía. Lo dicho, como tantas cosas en la vida, no es algo que tú planifiques, sino que se dan pasos y vas escogiendo caminos y al final terminas donde estás. Y encantado de estar donde estoy, evidentemente.
“Doctor, quíteme los dientes y póngame implantes”
Entrevistadora: Durante el máster nos dabas la asignatura de implantología y me marcó mucho. Transmitías los conceptos de una manera muy clara y sencilla y hoy mismo me gustaría que se los trasladáramos a nuestros pacientes conscientes. Vamos a darles unas nociones básicas de implantes dentales. Y para ello, Pedro, vamos a empezar con una situación que a mí me ha pasado muchas veces en consulta, imagino que a ti también, y es el paciente que te llega y te dice: “Doctor, quíteme los dientes y póngame implantes”. ¿Qué le contestas?
Dr. Buitrago: Lo primero, le sonrío, normalmente le sonrío. Y me gusta poner ejemplos para que la gente comprenda. Y les digo: “Y si tuvieras un problema de menisco, si tu problema es un juanete… la solución es cortarte la pierna y una pierna nueva, ¿no?”. No, eso es una equivocación. Primero hay que entender y comprender por qué ha perdido dientes y solo en ese momento, cuando sabes la causa, qué ha deteriorado su boca, puedes plantearlo. En ese momento entran los implantes en escena. Antes, no. Antes de repoblar un bosque, hay que apagar el fuego que lo está destruyendo; si no, es absurdo.
Existe la cultura de que los implantes parece que no haya que cuidarlos. Por eso también insisten en “póngame implantes, doctor”. ¿Hay que cuidar los implantes? Efectivamente. Eso es muchas veces consecuencia de publicidades mal orientadas. La publicidad tiene un axioma: no dejes que la realidad te estropee un buen anuncio. Entonces, intentando quitar los miedos, probablemente los propios profesionales hemos transmitido que esto es algo sencillo, asequible, sin complicaciones, y no es verdad. No es verdad. Los implantes son un procedimiento que, aunque tiene ya más de 50 años, es de alta tecnología, y la tecnología tiene sus servidumbres. Es decir, a fecha de hoy, la medicina no ha sido capaz de sustituir un órgano humano que iguale las funciones y la arquitectura del órgano al que sustituye. Injertos aparte. Quienes lleven un implante, una prótesis de rodilla, una prótesis de cadera… saben que es una maravilla porque han quitado un dolor, pero tienen sus limitaciones. El implante es un gran avance técnico, pero tiene sus peajes y quien no pague sus peajes tendrá problemas.
¿Qué es un implante dental y qué lo diferencia de un diente?
Entrevistadora: Asimismo, vamos a recalcar que un implante, como acabas de decir, es una prótesis, es un tornillo de titanio. ¿Qué es un implante? ¿Cómo le explicarías a un paciente consciente qué es un implante y qué lo diferencia de un diente?
Dr. Buitrago: Después de haber evolucionado mucho en el tiempo, al final estamos haciendo lo que se llaman implantes radiculares. Es decir, el implante es una raíz artificial que sustituye a una raíz natural. Pero hay diferencias claras. La raíz natural está viva, tiene un sensor de presión, tiene un sensor de temperatura, transmite propiocepción, es decir, sensación de propio. El implante no tiene nada de esto. El implante es una excepción en el cuerpo porque crea una puerta en la cual las imprescindibles y necesarias bacterias bucales pueden entrar si no la cuidamos.
Nosotros somos un recipiente de líquido y tenemos un tejido que se llama la piel, las mucosas, epitelios, que lo que hace es cerrar. Cerrar inmediatamente para evitar que nosotros perdamos líquidos y que entren bacterias. En todo el cuerpo solo hay una excepción a esta situación y es el diente, que va desde el interior del hueso al exterior. Y la naturaleza ha creado un sellado biológico e inmunológicamente competente, es decir, capaz de defenderse de las bacterias que necesitamos tener en la boca. El implante no lo tiene. El implante está en hueso. Efectivamente está en contacto con la encía, que es capaz de sellar parcialmente esa entrada, pero carece de una cosa que se llama inserción conectiva. Pensábamos que esta inserción conectiva solo tenía una función mecánica y ahora sabemos que tiene una función inmunológica de barrera. Como el implante carece de este sellado, las bacterias, simplemente por proliferación natural, invaden el surco de encía que rodea al implante, por lo que hay posibilidad de que lleguen a hueso mucho antes de lo que llegarían si fuera un diente. Y esto provoca el concepto que hemos etiquetado como periimplantitis, que es la piorrea de los implantes. Y lo repito porque esto es así: la piorrea de los implantes. Pueda ocurrir que el cuerpo no rechace el implante, sino que simplemente lo expulse porque está favoreciendo que las bacterias se metan. El famoso rechazo no es tal. Es simplemente ley biológica. La biología impone su ley y, por muchos avances técnicos que haya, si no respetamos las leyes biológicas, tendremos problemas.
¿El implante dental puede causar rechazo?
Entrevistadora: Esa es una frase también muy común que los pacientes refieren en la consulta: “Es que mi vecina rechazó el implante, doctor”. Como bien hemos visto ahora mismo, no es un rechazo.
Dr. Buitrago: El rechazo es una reacción alérgica que a fecha de hoy es tan excepcional que cuando alguien tiene uno, entendido como una alergia al titanio, se publica en las revistas científicas porque es muy excepcional, es rarísimo.
Pero, insisto, ese rechazo es una consecuencia biológica, porque se ha infectado, o de cicatrización. El hueso que hay alrededor del implante no ha sido capaz de soportar las cargas que está transmitiendo ese implante, bien porque aún no ha curado del todo o porque ese implante está sustituyendo a demasiados dientes. Esto último también pasa y se llama un fracaso de osteointegración: no ha llegado a unirse al hueso o, estando unido, ha transmitido más fuerzas de las que el propio hueso es capaz de soportar. Lo que pasa es que lo del rechazo ha sido un concepto marquetiniano que hemos creado los propios profesionales para explicar de una forma rápida al paciente lo que le ha ocurrido.
¿Todo el mundo puede ponerse implantes?
Entrevistadora: Y el segundo mensaje que me gustaría lanzar, Pedro, ¿todo paciente puede ponerse implantes?
Dr. Buitrago: De entrada, contraindicaciones absolutas hay pocas y suelen ser más contraindicaciones médicas generales. Por ejemplo, mucho cuidado con la gente que esté en tratamiento por osteoporosis. Bien, por la pastillita del mes o la pastillita semanal, que suelen ser un grupo de fármacos que se denominan bifosfonatos, que provocan que el hueso no cure bien y puede tener complicaciones que son raras, pero potencialmente muy graves. Y la otra es la inyección del Prolia. Quien esté escuchando esto y se la ponga sabrá lo que es.
La principal contraindicación, es decir, los motivos por los que no se debe poner, es relativa, y suele ser el principal motivo por el que se ponen implantes: la piorrea. Es decir, un paciente con piorrea puede ponerse implantes, sí, pero siempre y cuando esa piorrea esté controlada, lo que incluye que el paciente sepa cómo cuidarse. Es decir, una inmensa mayoría de la población es susceptible de poder colocarse implantes. Pero hay que ponerse en unas condiciones en que no sólo sea poner, sino que aguanten.
Entrevistadora: A mí una de las cosas tuyas que más me caló es durante el máster es el concepto de ganarse los implantes. “¿Ese paciente se ha ganado los implantes, María?”, recuerdo mucho esa frase.
Dr. Buitrago: Pues sí, los implantes dentales hay que ganárselos. Nosotros somos dentistas, pero a mí siempre me ha gustado mucho la psicología. Y eso de ganarse los implantes es una forma sutil de invocar las llamadas esferas de control de las personas. En general, y bajo este concepto, hay dos tipos de personas: las que les gusta hacer las cosas por sí mismas y las que prefieren poner la responsabilidad en otro. En el implante parece que todo dependa del profesional. Y no es así. Si, por circunstancias, se ha perdido un diente, por una caries o un traumatismo, o no se tiene porque es una agenesia o un problema de la endodoncia, la causa de haber perdido el diente se extingue. Es decir, si tú tienes una caries y pierdes el diente, el implante no va a coger caries. Pero el principal motivo de pérdida de dientes es la piorrea y esta causa sigue potencialmente activa en la boca del paciente.
¿Qué invocaba esta frase de hay que ganarse los implantes? Pues que el paciente tiene que involucrarse en su cuidado para crear y mantener las condiciones que le permitan ponerse y disfrutar de sus implantes. Si no, los implantes pueden convertirse en una maldición. Porque el mismo motivo por el que perdió los dientes aparecerá en los implantes.
Y siempre me gusta recalcar una pequeña diferencia. Muchas veces no valoramos los dientes porque no los hemos pagado, porque nos los ha dado la naturaleza, mientras que al implante, al pagarlo, le exigimos más. Y no es así. Es importante entender que hay que ponérselo y cuidárselo para disfrutarlo.
¿Qué requisitos debo cumplir para ponerme un implante?
Entrevistadora: Vale, y ahora que, como paciente, me he ganado los implantes, ¿qué condiciones técnicas se tienen que dar en mi boca para poder colocar un implante?
Dr. Buitrago: Vale, todo el mundo pregunta: “¿Tengo hueso?”. Pero, como hemos explicado antes, la encía es clave. La encía es el sellado biológico. Es decir, hoy en día hay muchas técnicas para regenerar el hueso perdido por otras circunstancias, pero también debemos tener muy en cuenta que la encía es un factor determinante de supervivencia. ¿Qué significa esto? Que mientras más encía dura tengas (se llama encía masticatoria), mejor pronóstico tendrán esos implantes. ¿Por qué? Porque los limpiarás mejor. Tan fácil como eso.
Hace mucho tiempo se vio que, independientemente de la encía, si el paciente los cuidaba, los implantes podían ser para toda la vida, pero como suele ocurrir en muchas investigaciones científicas, trabajamos con “datos de invernadero”, que digo yo. Es decir, una planta puede ser maravillosa en un invernadero, pero tú la sacas al jardín y se marchita porque no tiene esas condiciones tan controladas. ¿Qué se puede deducir de ese estudio? Que si hay un paciente ideal que se limpia de forma estupenda, da igual el tipo de encía. A lo que yo respondo: “Bueno, claro, y si se hubiese cuidado antes no hubiera necesitado el implante”. Luego de lo que se trata no es sólo que haya hueso, sino que haya una encía favorable, y si no se puede injertar de otras partes de la boca para crear las mejores condiciones para cuidar un dispositivo que, no nos olvidemos, no es tan perfecto como el propio diente.
Con lo cual, la mayoría de los pacientes, gracias a soluciones técnicas, tendría la posibilidad de colocarse implantes. Y, muy importante, se me olvidaba, el tabaco y la diabetes no controlada. El tabaco es la bestia negra de los implantes, condiciona el éxito a corto y a medio y largo plazo. Y una diabetes no controlada, repito, no controlada, ya está identificada como un factor muy negativo en la evolución de la piorrea sobre dientes. Imaginaos lo que puede ser sobre una piorrea en implantes. Si está escuchando algún doctor, seguro que se está haciendo de los pelos porque son periodontitis y periimplantitis, pero en realidad es el mismo proceso biológico que actúa sobre un cuerpo natural y sobre un cuerpo extraño.
¿Cuánto dura un implante dental?
Entrevistadora: Haciendo referencia a lo que antes has dicho y siendo, además, la pregunta del millón en la consulta: “Doctor, ¿son los implantes dentales para toda la vida?”.
Dr. Buitrago: El humor es importante incluso en situaciones tan pesadas como puede ser un gabinete dental. Entonces, para hacer reflexionar, suelo responder: “Claro, igual que el diente que has perdido, que era para toda la vida, pero por circunstancias lo has perdido”. Entonces, ¿de qué se trata? Se trata de que tú entiendas el manual de instrucciones de lo que estás pidiendo. Hace poco me he comprado un reloj de estos de correr, que es poco menos que un ordenador y tiene un libro de instrucciones que ríete tú de El Quijote. Me lo he leído, lo he estudiado. Sin embargo, ponemos implantes y nos parece que ya está todo hecho. No. Tienen un libro de instrucciones, que en medicina se llama prospecto. Ese prospecto hay que conocerlo para respetarlo. Los implantes pueden ser para toda la vida, pero hay que saber cómo cuidarlos y hacerlo.
Repito, si la piorrea es la principal causa o motivo para poner implantes, tendrás que tener controlada esa enfermedad periodontal para que no ataque a tus implantes.
¿En cuánto tiempo se pone un implante dental?
Entrevistadora: Hay muchos pacientes que tienen miedo de colocarse los implantes. En tus manos, Pedro, que ya llevas unos cuantos años colocando implantes, ¿qué dura la intervención y qué complicaciones les explicas a tus pacientes que pueden tener?
Dr. Buitrago: Yo trabajo tranquilo, que no lento. Siempre he dicho que al paciente no solo no hay que hacerle daño, sino que no hay que hacerle sufrir. Y hay una diferencia fundamental. El dolor es un estímulo que se anula mediante la anestesia, pero el sufrimiento es una vivencia, es algo que uno siente durante un determinado momento. Entonces, para no hacer sufrir, a mí me gusta trabajar lento, tranquilo, explicando al paciente, mirándole a la cara, viendo si sus cejas me dicen “me duele” o “qué está pasando”. Entonces, una intervención de un implante unitario favorable puede durar 30 minutos o una más compleja, dos horas. No voy más allá. Dirás, “ostras, dos horas con la boca abierta”. Dejo descansar. Hablamos. No es que haya una conversación, pero hay comunicación. Le permito hasta escoger la música si eso le relaja. De lo que se trata es que sea una vivencia llevadera. No voy a decirte que sea agradable, pero desde luego hoy en día hay maneras y maneras de hacerlo muy, muy soportable.
¿Qué complicaciones pueden darse al colocar un implante dental?
Entrevistadora: Y en cuanto a las complicaciones, ¿qué complicaciones conlleva ponerse un implante?
Dr. Buitrago: Las complicaciones son siempre potenciales. Es decir, cuando se diseña y se realiza un procedimiento, buscamos evitar esa complicación. Evidentemente, mientras más complejo es el procedimiento, más posibilidades de complicaciones. ¿De qué se trata? Yo tengo alma de ingeniero. Con toda la humildad hacia mis admirados ingenieros. Intento controlar el pre, durante y el post. Y es en el post donde el paciente tiene que ser consciente de que se le ha operado, que se va para casa, pero está convaleciente. Es decir, tiene que tener unos cuidados mínimos, tiene que haber inflamación, porque la inflamación es parte del proceso natural de curación. Pero se opera en unas medidas de higiene extrema, se le da cobertura antibiótica, se le dan pautas de cuidados, de alimentación, de ejercicio físico, de vida en general. Tiene una comparecencia ambulatoria, es decir, en su casa, pero que implica un mínimo de responsabilidad y de sentido común. Pregunta típica: “¿Y puedo ir al pádel este fin de semana?”. Respuesta típica: “No”. No, porque ya sabemos que lo damos todo, nos venimos arriba y por dos puntos, pues no. Mejor, fin de semana tranquilo, de WhatsApp, de series y de cocinar, pero blandito.
¿Son seguros los implantes dentales en un día?
Entrevistadora: Y respecto a los implantes en un día… Esta pregunta no te la había puesto en el guión, Pedro, pero…
Dr. Buitrago: La estaba esperando [ríe].
Entrevistadora: Es que he pensado que cómo no vamos a transmitir la relevancia de la publicidad masiva que se está haciendo tanto en emisoras como en los banners publicitarios que dicen “Venga y póngase implantes y dientes en un día”.
Dr. Buitrago: Siempre digo lo mismo: Los implantes yo también los pongo en un día. En el sentido de que es un acto. Implante en un día significa que el mismo día que te quito el diente, te pongo el implante. Eso está avalado técnica y científicamente, es cierto. Pero se está haciendo un sobreuso. Primero, porque no se transmite al paciente realmente la responsabilidad que implica para él. Segundo, porque no se le transmiten los porcentajes de fracaso que tienen ese tipo de técnicas, que son superiores a los del enfoque biológico, que deja que cure el hueso y a partir de ahí se ponen los implantes. Tiene unas indicaciones claras y funciona. El problema es que se está sobreutilizando como una técnica de venta. De hecho, soy asesor del comité de ética de odontología del colegio [de Dentistas de Valencia] y el mayor número de reclamaciones viene por pacientes no satisfechos con sus expectativas. Es decir, les prometen cosas que después no se cumplen. Los implantes en un día es una frase de marketing. No es una frase médica o de biología. Siempre digo lo mismo: si los implantes los cubriera la Seguridad Social, pocos implantes habría en un día. Sería el proceso más seguro y el más seguro es esperar que cure, ver que la causa que ha provocado quitar el diente se ha extinguido y a partir de ahí ponemos el implante.
Suelo hacer la misma pregunta: “Si te van a quitar los dientes por periodontitis, ¿te han explicado que los implantes también pueden coger periimplantitis?”. Son las mismas bacterias, la misma encía, el mismo tabaco, la misma ausencia de cuidados por desconocimiento o por falta de tiempo. Si se dan estas circunstancias el implante lo que hace es aplazar, pero a fecha de hoy sabemos que la periimplantitis aparecerá en un plazo que va entre los 3 y los 5 años. Si tienes 50 años y te has puesto toda la boca, significa que con 55 vuelves a tener el mismo problema, pero más complejo de resolver, porque cada vez hay menos hueso.
Reclamaciones por implantes dentales
Entrevistadora: Al ser asesor, sé que manejas datos y estadísticas de las reclamaciones al Colegio de Odontólogos por complicaciones o fracasos con los implantes. ¿Qué tienen en común esas reclamaciones y probablemente esos pacientes que llegan rebotados a las consultas?
Dr. Buitrago: Puedo hablar de esto porque son datos públicos. La inmensa mayoría son por implantes y ortodoncia, y un 76 % viene de franquicias. Frente a lo que cabe esperar, los profesionales que trabajan en estos centros no son ni mucho menos peores que el resto. Probablemente la presión que reciben a nivel de trabajo pueda influir, pero fundamentalmente las denuncias vienen porque no se cumplen las expectativas del paciente. No porque el procedimiento se haya realizado de forma equívoca, sino porque, por ejemplo, al paciente se le promete implantes que se ponen en un día, pero a lo mejor duran dos. También se le promete garantía de por vida y a fecha de hoy, y esto suena muy duro, pero es así, la única garantía que hay en medicina es que nos vamos a morir. En medicina, ni el siempre ni el nunca son verdad. Todo es relativo. A fecha de hoy, cualquier procedimiento médico busca ver cómo va a responder un paciente concreto basándose en lo que hemos aprendido a base de tratar a mucha, mucha gente, pero a priori nunca somos capaces de predecir el resultado concreto en fulanito o en fulanita. Es decir, siempre hay un principio de incertidumbre respecto al resultado buscado.
¿Qué buscamos entonces cuando intentamos que el paciente se haga responsable? Controlar todos esos factores que sabemos que disminuyen esa incertidumbre de resultado. Esto es, que consigamos lo que el paciente quiere y el profesional quiere. Cuando esas expectativas no son realistas y se utilizan como gancho de venta, aparece el desengaño. Y es cuando aparece la reclamación. Muchas veces no es un problema que el implante no haya ido bien, sino que no es lo que el paciente esperaba.
Revisión de los implantes dentales
Entrevistadora: A modo de resumen de todo lo que hemos estado viendo hasta ahora, lo más importante que debemos recalcar es, como ha dicho el Dr. Buitrago, controlar todos esos factores que pueden intervenir en la supervivencia. Por lo tanto, vamos a hablar de cómo de importante es acudir a tu ITV, tanto de las encías como de los implantes. Pedro, tú en las ITV, en tus revisiones de implantes, ¿cómo mides que un implante va correctamente?
Dr. Buitrago: Normalmente es el propio paciente el que te dice muchas veces si nota que algo no va bien, pero suelen ser aflojamientos, roturas de cerámica…, es decir, cuestiones mecánicas, que son relativas y realmente fácilmente solucionables porque es un dispositivo mecánico que puede repetirse. El problema viene de las complicaciones biológicas. Es decir, los implantes no suelen dar problemas; lo que dan problemas son los tejidos que rodean a los implantes. En la inmensa mayoría de los casos, la supervivencia de los implantes y la satisfacción de uso vienen derivadas de que los tejidos que los rodean, protegen y sujetan, estén sanos. Y eso significa, encía sana, hueso sano. Yo miro el color de la encía, la presiono a ver si supura, miro si está bien limpia, si se ha retraído… Y en el hueso, anualmente hago una radiografía para comprobar si está estable o si se está perdiendo.
La mayoría de los que tenemos coche somos conscientes que la seguridad y la comodidad vienen de revisar que el coche esté bien. Y lo hacemos religiosamente. Sin embargo, cuando hablamos de un dispositivo médico, que es mucho más delicado, nos asombra que haya que revisarlo. Pues no, en el implante hay que revisar que los tejidos que lo están sujetando y protegiendo están a gusto. Nosotros somos el oráculo de la encía: leemos la encía y le transmitimos al paciente cómo se siente su encía. Si la encía está feliz, paciente feliz; encía preocupada, paciente triste. La revisión es fundamental.
A mí me gustan las preguntas trampa, entendidas como las preguntas que hacen pensar al alumno o al paciente. Últimamente pregunto a los alumnos: “¿Cómo hemos conseguido alargar la vida, las expectativas de vida?”. Lo hago para poner de relieve la importancia de la prevención porque en realidad no hemos aprendido a alargarla. Parece ser que tenemos un límite biológico de unos 115, 120 años de vida, así que realmente hemos aprendido a no acortarla. Hemos aprendido qué factores determinan que podamos vivir más años. Y son todos prevención: higiene, alimentación, actividad física, felicidad… Recordarás lo de las zonas azules y la importancia de vivir una vida plena, relacionarse con la gente, una actividad moderada físicamente y tener un motivo para seguir viviendo, para ser feliz. En el caso de nuestros implantes, ese ikigai se identifica fácilmente. ¿De qué se trata? Bueno, pues de seguir disfrutando de tus implantes, que te los has ganado y que los has pagado, probablemente.
¿Es normal que sangren las encías?
Entrevistadora: Muchas veces les explico a mis pacientes que, igual que nos salta el testigo en el coche cuando hay que ponerle aceite para que no gripe el motor, una encía sangra cuando no está bien, te está dando una señal de alarma. El problema es que asumimos que nos hemos cepillado fuerte, que nos hemos pasado demasiado fuerte el interdental… Ponemos el foco externamente cuando realmente te está avisando de que ahí está habiendo algún tipo de inflamación.
Dr. Buitrago: Efectivamente, el sangrado nunca es fisiológico, nunca es normal, excepto en las mujeres durante una etapa de su vida. La sangre es un tejido valiosísimo y el cuerpo es muy tacaño, no quiere perder nada. Cuando hay un sangrado en alguna parte del cuerpo, inmediatamente hay que investigar la causa. Muchas veces digo lo mismo: “Y si a usted le hubieran sangrado los ojos o le hubieran sangrado los oídos, ¿no hubiera ido a urgencias?” Inmediatamente.
¿Qué pasa con el sangrado de encías? Que es tan normal desde el punto de vista estadístico y se suele resolver de forma tan espontánea que no le damos importancia. Probablemente, si preguntamos, y eso dice el Libro Blanco de la Salud Bucodental en España, “¿te sangran las encías?”, nuestro vecino o compañero del gimnasio nos dirá, “bueno, sí, a veces”. Y algo que no es fisiológico se convierte en normal. No tengo problemas, no me duele, ahí está la trampa. Sí que tienes un problema. Se está manifestando, luego busca ayuda para averiguar el motivo por el que está sangrando.
¿Qué debería saber antes de ponerme un implante dental?
Entrevistadora: A modo resumen, ¿qué se puede llevar el paciente consciente como clave a la hora de colocarse un implante?
Dr. Buitrago: Los implantes son un milagro tecnológico. Han resuelto un problema que tiene la humanidad desde hace miles de años. De hecho, si os fijáis, los bocetos de Leonardo da Vinci y Miguel Ángel muchas veces representan desdentados completos, es decir, enfermos periodontales, que los vemos tan habitualmente en la literatura y en el cine que no nos damos cuenta. Pero Popeye era un desdentado completo y la bruja de Blancanieves era una desdentada completa. Sí, los implantes han dado solución a un problema de la humanidad, pero no nos equivoquemos. Tiene que haber una indicación correcta, un procedimiento seguro y un seguimiento inexcusable. Antes, durante y después. Si tú respetas esto, vas a tener una vida bucal satisfactoria y plena. En definitiva, aquí la opción es preocuparte por tu boca o cuidarte la boca. Los implantes son estupendos cuando es necesario ponerlos.
Entrevistadora: A mí, una de las cosas tuyas que más me marcaron durante el máster fue: “María, no te preocupes, ocúpate”. Así que, si queréis ocuparos de vuestra boca, por favor, poned el foco en cuidaros, en prevenir y en visitar de manera periódica a vuestro dentista para que se puedan controlar todos los factores.
Dr. Buitrago: Claro. Y él será, si detecta algún problema de encía que le supera, porque la mayoría son solucionables por tu dentista de confianza, el que te derivará a un especialista, igual que cuando vas a un centro de salud y ven que hay una patología que necesita un tratamiento más específico. La solución es sencilla. He dicho sencilla, no fácil. Sencilla.