
En Clínica Buitrago creemos que la excelencia no es solo una cuestión de técnica. También depende —y mucho— de cómo nos comunicamos con las personas que confían en nosotros. Por eso, recientemente hemos participado en una jornada formativa con el especialista David Baró, enfocada en mejorar nuestra capacidad de interpretar el lenguaje no verbal y comprender mejor las necesidades de cada paciente.
Fue una sesión especial por un motivo evidente: asistió todo el equipo de Buitrago, al completo, tal y como se puede ver en la foto. Al final, “donde va la cuerda, va el caldero”.
No se trataba de aprender “trucos”, sino de profundizar en algo más importante: cómo escuchar de verdad, incluso aquello que no se dice con palabras.
Por qué seguimos formándonos en comunicación
Lo vemos cada día: detrás de cada tratamiento hay una persona con su historia, sus dudas y sus expectativas. A veces, con un miedo muy real. A veces, con una mala experiencia previa. Y a veces, simplemente con la necesidad de que alguien le explique las cosas con claridad, sin prisas.
Formarnos en comunicación —del mismo modo que lo hacemos en periodoncia, implantología, ortodoncia o estética dental— nos permite reforzar valores que forman parte de nuestra identidad:
✔ Un trato humano y cercano.
✔ Técnicas mínimamente invasivas que reducen la ansiedad del paciente.
✔ Un diagnóstico riguroso, personalizado y honesto.
✔ Una experiencia tranquila y sin sobresaltos.
Qué hemos incorporado a nuestra práctica diaria
La sesión nos permitió entrenar habilidades que aplicamos en cada cita:
• Detectar señales de incomodidad o nerviosismo para adaptar la forma de explicar un procedimiento.
• Ajustar nuestro ritmo y nuestro lenguaje para que cada paciente se sienta seguro y comprendido.
• Comunicar de forma más clara y empática los pasos de un tratamiento, especialmente en los casos complejos.
• Crear un entorno más relajado desde el primer momento.
Son detalles pequeños, pero —como decía Machado— “en los pequeños detalles vive la verdadera vida”. Y también la verdadera confianza.
Comunicar mejor para cuidar mejor
Nuestro objetivo no es persuadir ni “convencer” a nadie. Es justo lo contrario: acompañar.
Cuando entendemos mejor lo que necesita un paciente, tomamos mejores decisiones clínicas. Y cuando explicamos bien cada paso, la experiencia se vuelve más llevadera, más humana y más clara.
Eso forma parte de nuestra manera de ejercer la odontología: interdisciplinar, responsable y profundamente orientada a la persona. En un sector donde muchos pacientes vienen de experiencias difíciles, nuestra responsabilidad es seguir creciendo. Tanto en conocimiento científico como en comunicación.
Porque una sonrisa sana empieza por algo básico: sentirse en buenas manos. Y en eso seguimos trabajando cada día.




