Nuestro equipo es el tuyo
Primero, fue un converso. Y no lo niega. El Dr. Buitrago no nació dentista y tenía sus prejuicios con respecto a esta profesión. Sin embargo, como en todo viaje del héroe, recibió la llamada a la aventura gracias a un gran amigo de su padre, el Dr. José Sendra, que sin saberlo se convirtió en el mentor que le enseñaría el valor de ser dentista.
Segundo, fue aprendiz. Cruzó el umbral y se enfrentó a todas las pruebas. Se hizo Doctor en Medicina y Cirugía (Universidad de Valencia) y se especializó en Estomatología (Universidad de Oviedo). La gran prueba fue descubrir su verdadera pasión: la periodoncia, la rama de la odontología que estudia la salud de las encías y todas las implicaciones que tiene en nuestra salud general. Se convirtió en Máster de Periodoncia (Universidad de Oviedo).
Tercero, fue maestro. Fundó Clínica Buitrago en el año 2000 y comenzó a desarrollar su particular visión de la odontología para dar soluciones coherentes a problemas complejos. Durante años, fue profesor en la Universidad de Valencia para luego pasar a ser profesor responsable de Periodoncia en la Facultad de Odontología de la Universidad Católica de Valencia (UCV) y director del Máster en Periodoncia, Osteointegración y Periimplantología. Mantiene una participación muy activa en la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) y en el Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Valencia, además de ser ponente asiduo en congresos científicos de primera línea.
Actualmente, el Prof. Dr. Pedro Buitrago es maestro y aprendiz. Domina la técnica en los procedimientos y sabe que con cada paciente comienza una aventura única en la que debe brindarle todo el tiempo y medios necesarios para hacerlo sentir seguro y parte del equipo. Una aventura que exige lo mejor de sí, por lo que sigue formándose continuamente de manos de los mejores a nivel mundial, sin alejarse nunca de la evidencia científica.
Familia, deporte y naturaleza son su mayor recompensa.
Ni astronauta, ni policía, ni bombera. La Dra. Doménech tuvo claro desde pequeña que quería dedicarse a sanar y ayudar. Su padre, médico, tuvo mucho que ver en ello, ya que siempre le enseñó “el valor de ponerse a disposición de los demás”. Y cuando por fin se decantó por la odontología, hubo pocas dudas sobre qué especialidad escoger: la ortodoncia, que alberga dos de sus mayores cualidades: “el orden y la atención al detalle”.
La Dra. Doménech no ha dejado de formarse desde que se graduara en odontología en la universidad CEU Cardenal Herrera (2014-2018). Posteriormente, realizó el Máster Propio en Especialización en Ortodoncia y el Máster Universitario en Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial de la universidad CEU Cardenal Herrera (2019-2022), y cuenta con el Máster en Align Technology (Invisalign). Todos estos conocimientos más una pizca de su pasión por el detalle, los aplica cada día en la clínica, de donde sale satisfecha de ver “que los pacientes acaban sus tratamientos felices con el resultado y con el proceso”.
Por increíble que parezca, entre estudios y trabajo la Dra. Doménech aún saca tiempo libre para pintar, hacer cerámica artesanal. yoga, pilates y, ojo, boxeo. Seguro que sus contrincantes respiran tranquilos sabiendo que hay una ortodoncista en el ring.
Máxima implicación y compromiso. El Dr. José Luis Navarro es autoexigente, ordenado y organizado, con una sana fijación por los detalles. No le gusta dejar nada al azar ni a medias. Consciente de que el paciente es la máxima prioridad, sabe de la importancia de conseguir transmitir confianza, cercanía y seguridad, tanto antes como durante el tratamiento. Su principal objetivo es que el paciente se sienta tranquilo y en buenas manos en todo momento.
El Dr. Navarro es un madrileño que se ha hecho un hueco en Valencia. Estudió Odontología por la Universidad de Valencia (2016), posteriormente realizó el Master en Rehabilitación Oral, Odontología Estética Avanzada y Nuevas Tecnologías de la UCAM (2021-2022). Tras varios años de experiencia como odontólogo general, su trabajo clínico se fue centrando en prótesis, implantoprótesis, odontología estética y restauradora. En Clínica Buitrago ha encontrado los retos y las ganas para seguir creciendo y, en especial, la filosofía con la que se siente identificado: excelencia en la técnica de los procedimientos y en el trato con el paciente.
No sólo busca retos en su vida profesional. Fuera de la clínica invierte gran parte de su tiempo libre en cultivar sus aficiones, como el deporte, la fotografía y la música.
“Hombre prevenido vale por dos”. Lo dice el refranero español y Rafael Gómez lo lleva a gala, sembrando en los pacientes la semilla de la prevención. “El área preventiva es la que más me atrae de mi profesión: mostrar a mis pacientes cómo evitar futuros problemas”, según sus propias palabras.
Es higienista bucodental (1995-1997) y diplomado en Fisioterapia (1997-2000). En Clínica Buitrago encontró su primer trabajo, muy buen ambiente y unas expectativas de desarrollo profesional que le hicieron quedarse aquí. Como higienista, realiza revisiones bucodentales, limpiezas, series radiográficas… y asiste a los doctores en cirugías periodontales o implantológicas y en tratamientos protésicos y de odontología general. Además, coordina al equipo de higienistas en distintas áreas.
Tolkien y Stephen King ocupan muchas de sus horas de ocio. Busca la fantasía épica y la ciencia-ficción en la literatura, el cine, los videojuegos, los podcasts… También sale ahí fuera a recorrer calles y montañas. Lo que no hace es conducir por la ciudad porque buscar aparcamiento le provoca incertidumbre… Y todos sabemos que la incertidumbre es la mayor enemiga de un hombre prevenido.
María Villar es una exploradora. No lo decimos porque estuviera en Costa Rica trabajando en la preservación de las tortugas marinas (que lo estuvo), sino porque se toma la vida como un continuo viaje hacia el aprendizaje. Comenzó su periplo como licenciada en Ciencias Biológicas (2002-2009) y continuó como Auxiliar Técnico Veterinario (2018-2019), hasta que casualmente descubrió la salud bucodental y terminó convirtiéndose en Auxiliar de Odontología (2019-2020). “Decidí que era a esto a lo que quería dedicar mi tiempo y mi profesión”, dice ella misma.
Tras recorrer mundo y experiencia por varias clínicas, dio a parar en Clínica Buitrago, donde echó el ancla tras encontrar un gran tesoro: “El trato con los pacientes y la manera en que el Dr. Buitrago lleva a cabo las cirugías me parecen una auténtica delicia. Poder asistir y colaborar en ello es un aprendizaje continuo y ese es uno de los mayores privilegios que se pueden tener en cualquier ámbito de la vida”. En nuestra particular isla del tesoro asiste a los doctores en las cirugías y atiende y acompaña al paciente para que se sienta seguro y tranquilo. Todo ello, codo a codo con el resto de la tripulación Buitrago.
Fuera de la clínica, en aguas internacionales, la verás bailando danzas urbanas o africanas al ritmo de música en directo, paseando en bici, disfrutando de su perra, haciendo manualidades o frente a una gran pantalla de cine fantástico o de serie B.
“La satisfacción de un trabajo bien hecho”, pocos sentimientos hay tan placenteros como ese. Y Adrián Rubert lo sabe bien. De hecho, esa es una de las metas que le llevó a dedicarse a la salud bucodental, además del “trato con el paciente y ayudarle a crear hábitos saludables”.
Técnico en cuidados auxiliares de enfermería (2017-2019), Adrián se decantó por esta rama de la salud tras hacer sus prácticas en una clínica dental. Fue entonces cuando amplió su formación y se convirtió en técnico superior en higiene bucodental (2019-2021). Actualmente, su responsabilidad es trabajar codo a codo con el Dr. Navarro, especialista en prótesis y odontología estética y restauradora. Su misión es hacer que los pacientes estén lo más cómodos posible, limpiando y desinfectando el gabinete y preparando el instrumental para que todo vaya sobre ruedas.
Para Adrián “todo tiene que estar limpio y ordenado”, tanto en la clínica como en la pista de balonmano, un deporte que practica desde hace una década y en el que ahora juega como árbitro. Pero este no es el único que practica, ya que Adrián es un apasionado del deporte, sobre todo, de los de alto riesgo.
Hay quien encuentra su vocación desde el principio, y hay quien se topa con ella casi por casualidad. Alba Escudero pertenece al segundo grupo. Empezó en una clínica dental con una cámara en la mano, haciendo estudios fotográficos y ayudando en recepción, pero no tardó en darse cuenta de que lo que realmente la atrapaba estaba al otro lado del objetivo: la odontología. Así que decidió formarse como higienista y desde entonces no ha dejado de crecer en el sector, llegando incluso a gestionar la apertura de nuevas clínicas.
Meticulosa y organizada, Alba disfruta trabajando con pacientes periodontales, guiándolos en su tratamiento y mantenimiento, y colaborando en ortodoncia y cirugía cuando es necesario. Le apasiona hacer las cosas bien, con método y precisión, y en Clínica Buitrago ha encontrado el entorno ideal para ello.
Madrileña de origen, valenciana de adopción, Alba persigue la luz allá donde va. Amante de la fotografía, los atardeceres y el mar, siempre lleva en su agenda un próximo destino por descubrir. También la verás tachando series y películas de su lista interminable o disfrutando de un buen partido de vóley playa. Y si un día te cruzas con ella por Valencia, probablemente llevará auriculares: Hans Zimmer y Queen nunca faltan en su playlist.
Lidia es entrenadora personal… de sonrisas. Porque una buena higiene bucodental no solo es cuestión de cepillo y seda, sino de constancia, técnica y motivación. Y ahí es donde ella entra en juego: guiando a los pacientes, dándoles herramientas y celebrando con ellos cada pequeño avance.
Desde que obtuvo su título como Técnico Superior en Higiene Bucodental en el CIPFP Ausiàs March, ha pasado por diversas clínicas en Valencia, sumando experiencia y reforzando su vocación. Quizá su interés por el mundo dental viene de familia—su abuelo fue protésico—pero lo que realmente la atrapó fue el contacto directo con los pacientes y la satisfacción de ver cómo mejoran consulta tras consulta.
Cuando no está en la clínica, Lidia cambia la bata por la pista de baile. Amante de la salsa, la bachata y la kizomba, cualquier excusa es buena para moverse al ritmo de la música. También disfruta nadando, viajando o simplemente pasando el rato con amigos. Pero si hay algo que realmente se le da bien, es conectar con la gente.
Si se le pregunta cómo fue a parar a Clínica Buitrago, su respuesta es clara y concisa: “La vida”. La misma a la que ella le ha encontrado un propósito: “Que todos se sientan a gusto”. Quizá por eso estudió Psicología por la UNED (1998-2003), aunque ya antes se había licenciado en Ciencias de la Información, en la rama de Publicidad y RR. PP. (1990-1995), y había desarrollado su carrera en dos agencias de Publicidad.
El trato con las personas y el gusto por la organización le trajeron a Clínica Buitrago, donde es responsable del área de Recepción y Gestión. Su trabajo consiste en organizar la agenda, llevar la contabilidad y, lo más importante, hacer sentir bien a los pacientes y compañeros, aportándoles alegría y cariño.
Le encanta hacer ejercicio y viajar, ya sea por la geografía o devorando algún buen libro o serie. A sus compañeros nos cuesta creer que, con cuatro hijos, saque tiempo para todo. Ella los defiende: “Son maravillosos”.
Está constantemente viajando al futuro. Beatriz Margarit adelanta las páginas de su calendario para cuadrar las agendas de los pacientes y hacerles seguimiento. Así lo mantiene todo en orden, con previsión, y luego vuelve a ubicar el calendario en el presente para hacer lo que más le gusta: tratar con las personas, escucharlas, conocer sus vidas…
Estudió Secretariado Internacional y, antes de formar parte de la Recepción de Clínica Buitrago, ya tenía tablas en los sectores de la construcción, el mobiliario y la enseñanza. Todo este bagaje lo vuelca ahora en su día a día, no sólo en la atención en Recepción, sino también entre bambalinas, haciendo seguimiento de pacientes, gestionando la agenda, etc.
Fuera de la clínica, le gusta ir despeinada por la vida, pasear al paso de sus playlists favoritas, bailar cuando nadie la ve, enviar audios de WhatsApp a sus amigas… y, luego, el silencio, la calma. Cocinar mientras toma una copa de vino. Chinchín.
